En 1855, cuando Ramón Castilla triunfaba en la Convención Nacional
al proclamarse Presidente constitucional, mientras el general Vivanco fracasaba
con su revolución en Arequipa, y por otro lado, los políticos limeños disfrutaban
de obras que tenían aportación de la genialidad de Palma. pues un miércoles 4 de julio de 1855, Ricardo
Palma Soriano ingresa a la Masonería Peruana con tan solo 22 años. Se inició en la
tradicional Logia del Callao, denominada “Concordia Universal”, registrada con
el Nº 2 en el Gran Oriente Peruano. Al año siguiente, el Gran Oriente Nacional
del Perú, presidido por su Gran Maestre, Matías León, promulgó un nuevo
Estatuto Masónico. Esta época fue una etapa de florecimiento de la masonería, a la que Ricardo Palma dedicaba mucho tiempo, a pesar de su trabajo en la armada y en su vida literaria.
Estatuto Masónico. Esta época fue una etapa de florecimiento de la masonería, a la que Ricardo Palma dedicaba mucho tiempo, a pesar de su trabajo en la armada y en su vida literaria.
En Lima, Ricardo se reunía con el grupo de la “bohemia” en
la librería Pérez, donde los comentarios versaban sobre política. Asimismo,
hacían chanzas en torno a los escritos de “El Correo Peruano” y el periódico
satírico “El Zurriago”. Palma se había vuelto activamente político y
participaba en las actividades a favor de Vivanco, tanto así que conoció
personalmente al caudillo de la juventud del 56, denominada “Vivanquistas...
éramos la mayoría de los limeños”. Además, Palma continuaba en el cargo de redactor
del diario “El Liberal”, pero a su vez colaboraba con “El Comercio” y “El
Heraldo”, donde sus artículos (redactados en ocasiones bajo un seudónimo),
versos y críticas sobre la política eran bien recibidos.
Ricardo Palma continuó con sus actividades periodísticas y
literarias realizando su gran proyecto, la aparición de “La Revista de Lima”,
un importante órgano de difusión e iniciador del movimiento literario
romántico. A finales de 1860, Palma se ve envuelto en la gran agitación
política en contra de Ramón Castilla, siendo partícipe del golpe revolucionario
del 23 de noviembre. Al mes siguiente fue desterrado a Chile.
Durante su estancia en el vecino país sureño, Palma colabora
en la “Revista del Pacífico” y la “Revista de Sud- América”, además de publicar
un libro: “Dos poetas, apunte de mi cartera”. Al año siguiente publica “Anales
de la Inquisición”, además del primer número de “Heraldo Masónico”. Tres años
después de su destierro, Palma retorna al Perú por la ley de amnistía para
vivir el cierre de su “Revista de Lima”, pero también para que dos años después
sea nombrado redactor de “El Mercurio” y de “La Campana”, en 1867, bajo el seudónimo
de “Un Campanero”. Cuatro años después, siendo director de “El Havre”, funda
“El Correo del Perú” con Manuel A. Segura.
El periodo entre 1872 y 1877 fue de felicidad para Ricardo:
nació su primer hijo, Clemente, fundó el “Club Literario de Lima”, estuvo en la
Ceremonia del nuevo Templo Masónico en la calle Teatro, y publicó las series de
Tradiciones Peruanas”. Además, abandonó la redacción de “El Correo”, se mudó a
Miraflores (aunque por poco tiempo, pues luego pasaría a Chorrillos), contrajo
matrimonio, a los 46 años, con doña Cristina Román. Por otro lado, fundó “La
Broma” y el Supremo consejo Confederado Grado XXXIII del Rito escocés antiguo y
aceptado lo coronó como Soberano Inspector General de Las Logias. Para
entonces, Palma ya era una leyenda.
Documento donde Ricardo Palma firma como Secretario de la Logia |
Había llegado a su apogeo, y su felicidad fue mayor con el
nacimiento de su hija María Angélica; sin embargo, al siguiente año fallece su
padre y se declara la guerra con Chile. Palma es reclutado y participa en las
batallas de San Juan y Miraflores. Fue esta una etapa triste, que se prolongó
con la clausura “El Comercio” y la Biblioteca Nacional en 1881, saqueada y
convertida en cuartel general chileno.
El nacimiento de su tercer hijo, Ricardo, fue el punto para
una nueva alza. Fue nombrado por el gobierno como Director de la Biblioteca
Nacional”, iniciando su gran cruzada como “bibliotecario mendigo” y restaurador
de esa institución. Al año siguiente, el 28 de julio, inaugura la nueva
Biblioteca Nacional y nace su cuarto hijo: Félix. Luego nacería Peregrina, su
última hija. Su labor al frente de esta institución constituyó uno de sus
grandes logros, porque, ante el magro presupuesto con el que contaba, decidió utilizar
su prestigio y sus contactos para pedir a personalidades de diversos país que
donaran libros. Gracias a su amistad con el presidente de Chile Domingo Santa
María (1881-1886), consiguió recuperar unos 10000 de manos chilenas. El 28 de
julio de 1884 inaugura la biblioteca, que dirige hasta febrero de 1912, cuando
renuncia por discrepancias con el gobierno de Augusto Leguía, que, en
reemplazo, nombra a su enemigo, Manuel González Prada. Verdad es que el
escritor tendrá su desagravio: el nuevo gobierno del coronel Óscar R. Benavides
lo nombrará director honorario de la Biblioteca en 1914, González Prada será
destituido y su puesto lo ocupará el candidato de Palma, Luis Ulloa. Esto, sin
embargo, no durará mucho: en febrero de 1916 González Prada recupera el cargo y
el famoso escritor renuncia a su nombramiento honorario.
Fue miembro correspondiente de la Real Academia Española
(1878) y de la Peruana de la Lengua —que presidió desde su fundación en 1887
hasta su renuncia en 1918,cuando pasa a ser director honorario—, y de otras
prestigiosas instituciones.
A los 60 años publica el primer tomo de sus “Tradiciones
Peruanas”, y en 1912, su delicado estado de salud lo obligó a renunciar al
cargo de la Biblioteca. Con 86 años de edad, Ricardo Palma pasa u último día de
vida silencioso y cansado. En la madrugada del 6 de octubre, fallece en horas
en su casa de iraflores, en la calle General Suárez Nº 3.
Gracias a su obra de las Tradiciones Peruanas, se conoce los
primeros indicios de un templo masónico en el Perú, en el capítulo “La Casa de
Pilatos”.
Sobre su pertenencia a la orden masónica se sabe que fue
iniciado el 04 de Julio de 1855, siendo V:.M:. Damian Alzamora, Secretario José
Antonio Barboza y Orador: Antonio Alvarez del Villar. Se afilió luego a la
Logia Virtud y Unión en el año 1856 siendo secretario en ese mismo año. Luego
de ello se logra ubicarlo en una ceremonia de instalación de la Logia Parthenón
y en el año 1871 figura como elegido su Venerable Maestro.
Todas estas logias mencionadas pasaron a formar parte de la Gran Logia del Perú, y por lo tanto todas las actas y documentos están en el Museo Histórico Masónico "Jorge Basadre" de la Gran Logia del Perú.
Fuentes.
-Presentación de diapositivas de la Logia Parthenon N° 4
-http://www.clubregatas.org.pe/revista/201208/p38.html
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