Como consecuencia de las profundas
reformas emprendidas por el Emperador de Japón, Mutsuhito Meiji
(1868-1912) que cambiaron la estructura económica, política y social del Japón, a la que se sumó el alto índice de población desempleada, llevó al
gobierno a incentivar la migración con la finalidad de que las remesas
dinerarias, se suponía, servirían para mejorar las condiciones de vida de los
familiares que se quedaban en el país. Uno de estos primeros barcos que partió
de Japón con este fin, fue el “Sakura
Maru” - “Flor de Cerezo” con 790 pioneros con rumbo a Perú. Es en
uno de estos barcos que una persona llamada Ishitaro Morimoto resalta en este
grupo.
El ideal japonés era prosperar en el país que lo acogía. Y en realidad así fue,
pues, al concluir sus
contratos laborales, la mayoría, se estableció en el país; algunos se quedaron en el campo como yanaconas o abren pequeños negocios comerciales que abastecían a los poblados cercanos y a la misma gran propiedad agrícola. Otros, los más, migran a la capital en busca de un horizonte más próspero para sus familias, trabajando como vendedores ambulantes o al servicio de familias o desarrollando los oficios que conocían, estableciendo pequeñas y modestas peluquerías, talleres de relojería y de fotografía y cualquier otro negocio que requería de un modesto capital y de una inmenso esfuerzo personal, del trabajo que crea riqueza y progreso.
contratos laborales, la mayoría, se estableció en el país; algunos se quedaron en el campo como yanaconas o abren pequeños negocios comerciales que abastecían a los poblados cercanos y a la misma gran propiedad agrícola. Otros, los más, migran a la capital en busca de un horizonte más próspero para sus familias, trabajando como vendedores ambulantes o al servicio de familias o desarrollando los oficios que conocían, estableciendo pequeñas y modestas peluquerías, talleres de relojería y de fotografía y cualquier otro negocio que requería de un modesto capital y de una inmenso esfuerzo personal, del trabajo que crea riqueza y progreso.
El Sakura Maru - Foto del Museo Nacional Marítimo de Greenwich,Londres (1887) |
Volviendo al inmigrante Ishitaro Morimoto, quien ya
tenía estudios de Derecho, hasta el cuarto año, en Japón, para luego viajar, en
1895, a los 23 años, primero a San Francisco, EEUU, donde trabaja en el
periódico “Nichebei”, regresando al
Japón para contraer matrimonio con Yuki Shiotami.
Junto a su esposa
arriba al Perú, en noviembre de 1904, contratado por una empresa exportadora.
Se tiene noticias
de su apellido después de muchos años, en la sección “Directorio Comercial de Lima” para 1928 -1929 una razón social I.
Morimoto & Cía. casa establecida en 1904, dedicada a la importación de
géneros y telas, porcelanas, juguetes, perfumería, loza, objetos de fantasía
para regalos, muebles de mimbre y artículos japoneses en general, los que
comercializa en un amplio local de la calle de Baquíjano N° 748, con teléfono
N° 1923 y almacen en la calle Belaochaga N° 550 – Teléfono N° 2650 -, en
el cercado de Lima.
El manejo ordenado
y eficiente de su negocio le lleva a cierta expectante prosperidad que le
permite llegar a ser propietario de importantes extensiones de tierras en
distintos lugares del Perú, las que posteriormente dona a diferentes
organizaciones sociales. Una de las más importantes que mencionar son las 2,000 hectáreas que donó al Club Juvenil Agrícola, para el fomento de la
agricultura, en la ciudad de Tingo María.
Escuela Japonesa de Lima - Lima Nikko, 1929 |
Funda, en 1917, la
Sociedad Central Japonesa de la cual es su primer presidente, y reelegido
varias veces. En Colaboración con esta
institución logra inaugurar, el 18 de noviembre de 1920, la primera escuela
primaria japonesa en Lima con el auspicio del gobierno del Japón.
Con motivo del
Centenario de nuestra independencia, la colonia japonesa, en testimonio a la
amistad y simpatía por el país que los acoge, decide obsequiar un monumento
conmemorativo. Como presidente de la Sociedad Central Japonesa, asume la
Presidencia de la Comisión Pro Monumento.
Es en estos años, que tiene referencias de una institución filantrópica y
espiritual y le permite poner en evidencia esa latente perfección; que muchos
como él se encuentran, permanentemente, en busca de la Verdad, de la Verdadera
Luz .Y decide, de su propia y libre voluntad, presentarse a ella.
Es así que su nombre aparece en la Logia PARTENON N° 4, donde se menciona
que se llevó a cabo una ceremonia de iniciación masónica un 30 de enero de
1925. Se convierte así en el primer inmigrante japonés “iniciado en los
Misterios y Privilegios de la Antigua
Francmasonería.”
Pasa al segundo grado el 19 de junio del mismo año, y un año después, el 2
de julio de 1926, es elevado al grado de maestro masón cuyo diploma tiene el N°
2063 del Rol de la Gran Logia del Perú.
Paralelamente, la Comisión Pro Monumento presidida por él, después
de sortear innumerables inconvenientes, logra culminar su proyecto y al ver la
imponente estatua, fundida en bronce ,de seis metros de alto de nuestro primer
Inca, nuestro hermano, exclamó emocionado: “Por fin lo tenemos”. Dicho
monumento se erigió en la avenida Grau, siendo entregado en imponente ceremonia
el 14 de abril de 1926 por el Excelentísimo Ministro del Imperio, señor Heichi
Yamasaki e inaugurado, descorriendo el velo de la placa conmemorativa, el
Presidente de la República el señor y masón Augusto B. Leguía Salcedo.
En un pasaje de
su alocución de inauguración y al hacer un paralelo entre el Emperador Inca
levantado en bronce y la figura del entonces Emperador del Japón y el progreso
de sus pueblos, el hermano Leguía expresa:
“Evocando
la gloriosa figura del creador de Cuzco,
asociando, íntimamente, la labor realizada de Manco Càpac y Mutusuhito se ha
demostrado que cuando se conduce con liderazgo y gran habilidad a un pueblo, más
tarde ellos se convierten en imperios, tal como el del Tahuantinsuyo o con lo
sucedido, contemporáneamente, con el poderoso imperio del Japón, un milagro
desconcertante de la historia”.
Actualmente el monumento se encuentra en el Distrito de La Victoria, en la Plaza que lleva su nombre.
Mientras tanto, las
consecuencias de la primera guerra mundial incubaba la tragedia de una segunda
gran guerra con la formación de regímenes fascistas. El 1º de setiembre de
1939, Alemania invade Polonia y dos días después Inglaterra y Francia le
declaran la guerra iniciándose una brutal e irracional matanza agravada cuando,
el 17 de setiembre del mismo año, la Unión Soviética, desde su frontera, la
invade, también. Se había establecido el horror.
América Latina se
alinea con los Principios Democráticos y al entrar a la guerra los Estados
Unidos como consecuencia del ataque de Japón, el 7 de diciembre de 1941, a
Pearl Harbor, el gobierno peruano toma medidas concretas contra los ciudadanos
del Eje, sus propiedades e instituciones.
Se procede a
inmovilizar cuentas bancarias, confiscar propiedades, la clausura de centros
educativos y sociales, el cierre de diarios y la prohibición de reuniones y
viajes. Como consecuencia del pedido americano de ubicar “elementos peligrosos” se comienzan a confeccionar las llamadas “listas Negras” elaboradas abusiva,
irreflexiva e irregularmente, y en las referidas a los ciudadanos japoneses se
incluían no sólo a hombres de negocios y dirigentes de la comunidad sino,
también, a personas de escasos recursos económicos y familias enteras,
incluidos recién nacidos para ser deportados a los campos de concentración en
los Estados Unidos.
De esta manera,
1771 ciudadanos, entre japoneses y nikkei, fueron deportados; otros, al empezar
el conflicto, se fueron del país, algunos se escondieron al interior, en
pueblos alejados; muchos vendieron o traspasaron sus negocios para
“invisibilizarse”, y cada cual, estoicamente, soportó estos amargos momentos
con el miedo que construye valor para superarlo.
En una de esas
infames listas aparecía el nombre de Ishitaro Morimoto y fue
deportado.
Al finalizar la
guerra algunos se quedaron en los
Estados Unidos, otros regresaron al Japón o emigraron a otros países mientras
que otros tantos emprendieron el retorno a Perú para reencontrarse con su
quebrado pasado y con el suelo que con trabajo creador habían aprendido a
querer.
Esta última fue la
decisión de Ishitaro y aquí fue reuniendo y reconstruyendo su entorno con el
talento y la energía que le eran inherentes, y sobre él levantar, edificar, una
vez más, sus esperanzas e ilusiones.
La fraternidad que
interpretó y cultivó con admirable generosidad le lleva otra vez más a impulsar
la creación de una entidad en la que se cultiven los tradicionales lazos de
amistad entre sus coterráneos a través del deporte, es así que el 6 de agosto
de 1952 se crea la Comisión Pro Estadio La Unión, la cual efectuó las debidas
gestiones para que se constituya en la Asociación Estadio La Unión S. A., en
1953, cuya primera directiva la preside.
Su elevado
sentimiento y espíritu de solidaridad, le permite, espontánea y naturalmente,
ejercer su carácter generoso donando, en 1954, a la Asociación de Repartidores
de Diarios “Canillitas” un terreno en el distrito del Agustino, con la
finalidad de que allí se construya una escuela vocacional. Acto fraterno que no
puede ser sino una manifestación del amor que se siente y se realiza
interiormente.
En 1955 al
inaugurase la cancha reglamentaria de
Fútbol expresó: “El campo deportivo la
Unión (…) ha de servir no sólo de escenario de superación del atleta y del
deportista sino que ha de constituir un templo cívico en que se hará realidad
el lema mente sana en cuerpo sano”.
Foto que corresponde al día de su inauguración |
No trabajó en vano.
Con las herramientas que recibió construyó su perfeccionamiento individual y a
través de este levantó una obra social compuesta de solidaridad, aquella en la
que la acción de uno depende de la de otro, estableciendo una relación que los
une. Unidad que es reflejo de la que existen en nuestros Talleres cuyo Templo,
en el que nos reunimos, es símbolo de fortaleza, perpetuidad y perfección.
Ivo Pino Ramos
Maestro Masón
Logia Honor y Lealtad N° 200
Ivo Pino Ramos
Maestro Masón
Logia Honor y Lealtad N° 200
Artículo basado en el Boletín "Maestros" escrito por Respetable Hermano Francisco Sialer García, Director del Instituto Histórico "Jorge Basadre" de la Gran Logia del Perú.
Boletín original solicitarlo AQUÍ (Asunto: NIKKEI)
Buenos días. Quisiera felicitaros y agradeceros por este magnífico artículo sobre los primeros masones japoneses.
ResponderEliminarPeddro Ganaja
Hermosa plancha la descrita por el H M M Ivo Ramos del gran trabajo realizado por el H M M Ishitaro.
ResponderEliminarComo puedo unirme. Alos masones
ResponderEliminarBonito artículo, gracias por compartir
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