Entre las varias características que definen a nuestra
Augusta Orden se encuentra aquella que le nombra como una Institución
conservadora y, a la vez, progresista. Conservadora porque preserva para la humanidad todo aquello
que nos une, valores primordiales que nos dan la calidad de seres humanos, que
se transmiten de generación en generación, perpetuando la vida en el espacio y
en el tiempo. A esos valores, la masonería los exalta para que brillen con
intenso fulgor y ardan con mayor entusiasmo y calor en el corazón de sus
iniciados, tratando de restablecer con ellos y en ellos el equilibrio de la
doble naturaleza del hombre; Armonía entre el espíritu y la materia. Esta vez dedicaremos unas letras a un destacado peruano, Federico Villarreal, aquel nacido el 23 de setiembre de 1881,